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Calle 58 No. 70. Int. 201. Col. Fátima. Cd. Del Carmen, Campeche

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Si la memoria fuera como esta bóveda, debes saber que está protegida, incluso de ti mismo que eres el dueño. ¿Protegida? Bueno, como guardas cosas valiosas allí, puedes comentar “Esto lo atesorare” o “Nunca lo olvidaré”. Entonces, esas expresiones hacen que la información se clasifique en la sección de lo más valioso.

Imagina que en esa sección es donde se ponen los diamantes o los recuerdos más importantes. Pero el punto a tratar hoy es que muchas veces a ti, se te puede negar el acceso a esta caja de memoria. ¿Por qué? Porque si hoy tienes ganas de una camioneta, dirías. ¡Ah… yo tengo un diamante en mi caja fuerte!, voy por él y compro la camioneta. Así que antes de que entres a la caja fuerte, esta se protege de tus intenciones y sella la puerta.

Entonces… ante cualquier negra o blanca intensión que tengas para entrar a la caja de memoria. El sensor de movimiento se activa al percibir que alguien se encuentra cerca de ella o dentro de ella. Refuerza el sistema de cerrado y se sella ante el peligro, incluso, para aumentar la seguridad puede cambiar el código de acceso. Es por demás decir que cambia constantemente la combinación de acceso, pueden ser cada determinado minuto, a veces pasan horas y otras muchas pueden pasar días sin que se tenga que cambiar el código. Todo con la firme intención de que el sistema se mantenga integro. Ejemplo: Cuando tu jefe intenta regañarte, al escuchar su timbre de voz o ver su postura, tu caja de memoria se cierra ante la señal de peligro, se activa y cambia código de seguridad.

Aquí es pertinente mencionar que puede inclusive, no permitir entrar a personas que quieras mucho o te quieran ayudar, como tus papas, tu hermano, un compadre, etc.

¿Por qué la caja se cierra? Bueno cuando hablamos con un amigo, mamá o papá, o cualquier persona, ellos se toman muy en serio el papel de querer ayudarte. Y si TÚ EXPRESAS ALGO COMO: “A pesar de todo… aún lo amo”. Entonces, ellos intentaran arrancar esa información y arrojarla de tu caja de memoria diciendo, “Olvídalo”, “Eso es una locura” “Hazle lo mismo” “Mujeres hay muchas”… Entre otros “Apoyos o consejos que te dan”. Pero la conclusión de la caja de memoria, traduce esta intención como “quisieron arrancar algo de allí dentro”, lo quieren mover, sacarlo o colocarlo en otro lugar opuesto donde está. Entonces, en ese momento se activa el sensor de movimiento y obvio se cierra la caja de memoria.

El trabajo del psicólogo es burlar el sensor de movimiento de tu caja de memoria. Y te diré un secreto: “Solo se puede desplazar la información un grado para que el sensor de movimiento no se active” y así le permita seguir entrando con el mismo código de acceso.

¿Cómo? Él sabe cómo. Para ello tiene formación profesional.

Un grado puede pasar desapercibido pero la importancia de mover un grado y seguir tu vida se demuestra al comparar los avances clínicos con un viaje. Ejemplo si quieres salir del puerto de Veracruz hacia Japón y alteras un grado el curso en el momento de zarpar. Al paso de unas semanas y con ese grado que cambiaste del curso inicial, llegarás a un puerto de China o India pero no a Japón.

Por el momento vamos a describir una técnica que pueda ayudarte.

Pero antes de eso, es importante mencionar que la memoria se abre de forma natural y fortuita. Entonces es el momento de que ingreses nuevos elementos que sirvan como semillas que germinen en el mejor momento y que construyan un futuro sólido. Cada una de esos nuevos elementos, esas semillas que ingreses será algo que germinará y dará frutos en momentos futuros. Cuando estés enfrentando un reto o cuando tengas que acompañar a alguien en un camino triste.

La técnica de hablarse a uno mismo con respeto, abrigo, consuelo, compañía, respaldo, reconocimiento y al final dar dirección o guía, puede ser de mucha utilidad en estos momentos. Por ejemplo, si despierta o sale de la caja de memoria un recuerdo tortuoso porque hiciste el ridículo o las cosas no salieron como esperabas, es momento de mencionarte a ti mismo algo como:

· Una frase abrigadora: Te amo, te amo, te amo.
· Reconocimiento: Qué valiente fue eso.
· Respeto: Fuiste arriesgado… apostate y ganaste experiencia.
· Brindar compañía y respaldo: Yo te apoyo, estamos juntos.
· Consuelo a través de frases como: En ese momento tomaste la mejor opción según tu experiencia… Creíste que era lo mejor y lo hiciste. Eso es bueno porque hoy puedes tomar otra decisión.
· Dirección o guía: ¿Qué aprendimos en ese momento? ¿Ahora qué podemos hacer? ¿Hacia dónde?

Este ejercicio reforzará tu autoestima e inteligencia emocional. Como todos los ejercicios, entre más lo practiques tendrás mejores resultados.