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Una ventana única de oportunidades, para promover su sano desarrollo.


Cuando un bebé nace, suele ser un momento de muchas emociones, tales como alegría, preocupaciones, miedos, etc. Los futuros padres sueles prepararse desde el embarazo con ropita para el bebé, juguetes, accesorios, cunas, etc.

En su mayoría acuden al médico para revisión periódica de la evolución del embarazo y del bebé. Pero, ¿cómo se preparan para ser mejores padres? ¿cómo se preparan para saber cómo estimular de manera adecuada y oportuna cada una de las áreas del desarrollo de ese bebé? En algunas ocasiones, la futura mamá y, en ocasiones el papá, investigan y leen libros y/o artículos que les permite conocer y aprender acerca de esa nueva etapa en la que entraran. Si fuiste o eres de esas personas interesadas y preocupadas por saber como estimular, guiar, acompañar y desarrollar a un bebé, te invitamos a seguir leyendo este articulo acerca de los primeros 1000 días de tu hijo.

En los primero mil días, el niño construye acciones para conocer el mundo. Como padres de familia muchas veces nos preocupamos más por la salud orgánica del menor y no tanto por la adquisición de las habilidades que se deberían ir desarrollado desde edades muy tempranas. Sin embargo, una va de la mano de la otra.

Así como es importante mantener a nuestros hijos libres de enfermedades, también debemos brindarles un entorno adecuado a las características propias de cada niño, que favorezcan su desarrollo y aprendizaje.

Uno de los aspectos que hemos observado en la práctica profesional, es que damos por sentado que la estimulación que se le brinda al primer hijo, va funcionar con el segundo, con el tercero o con los hijos de los amigos, familia, etc.

Es importante no perder de vista que cada niño tiene su propio ritmo y un código sensorial único y si actuamos bajo la premisa, que el sistema sensorial es la puerta de entrada a nuestro sistema nervioso, tendríamos que hacer adaptaciones para cada pequeño; y para lograr esto primero debemos adquirir competencias como padres para detectar los hitos de desarrollo así como los signos de alarma.

El desarrollo en la primera infancia se caracteriza por la progresiva adquisición de funciones elementales para la vida (2):

• Control Postural.
• Autonomía del desplazamiento.
• Comunicación
• Lenguaje verbal
• Interacción social.

Esta evolución está íntimamente ligada al proceso de maduración del sistema nervioso, al código genético individual y experiencias ambientales, el cual inicia en el ambiente intrauterino (3).

¿Por qué es tan importante impulsar el desarrollo las primeras 150 semanas?

El desarrollo no se detiene. El 40% de las habilidades mentales del individuo, se forman en los primeros años de vida. Es en esta etapa donde se alcanzan hitos importantes del desarrollo que son la piedra angular en el funcionamiento del adulto, en la economía y en la sociedad. (UNICEF, 2017). (4).

Es en este lapso en donde el menor aprenderá a desplazarse y modificar su entorno para aprender, lo que promoverá la sinaptogénesis (formación de nuevas conexiones neutrales), lo que explica por que el menor al nacer tiene escasas conexiones sinápticas y a los dos años duplica las conexiones que posee la madre.

Por otro lado, para promover ésta sinaptogénesis mediante la estimulación temprana, se necesita que el niño participe activamente; en contraste, con lo que algunos piensan que con el hecho de brindar estímulos de manera masiva, se les está estimulando. Esto no generará que se desencadenen los procesos cognitivos de atención, percepción, memoria y capacidad de resolver problemas, entre otras funciones que son determinantes para el aprendizaje. Lo único capaz de modificar la estructura cerebral, es que el niño tengan un papel activo en su estimulación y aprendizaje.(3).

Estimular a los niños de manera inadecuada o impulsarlos a realizar actividades para las cuales no están listos, por que no reúnen los requisitos básicos de madurez para ejecutarlas puede ser PERJUDICIAL, pues el sistema nervioso inmaduro, lo resolverá con otras áreas, promoviendo una plasticidad cerebral anómala, por lo que estaríamos fomentando la dependencia de un adulto y frenando un desarrollo óptimo. Los modelos actuales de intervención temprana durante los primeros tres años, apuestan a los modelos centrados en la familia, en donde son los padres quienes realizan actividades en casa para lograr esa estimulación temprana, es por ello que surge la necesidad emergente de capacitar a los padres en el manejo adecuado para promover un adecuado desarrollo de sus hijos. (5)

Referencias

1.- Oates, J. (2012). El Cerebro en desarrollo. Open University.
2.- Poch, M. (2001). Neurobiología del desarrollo temprano. Contextos Educativos, 4, (79-94). Obtenido de https://dialnet.unirioja.es
3.-Rosselli, M. (2013). Maduración cerebral y desarrollo cognoscitivo, Revista latinoamericana de ciencias sociales, niñez y juventud, 1(1), Obtenido de https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=77310104
4.- Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, septiembre de 2017. Obtenido de https://www.unicef.org/peru/sites/unicef.org.peru/files/2019-01 La_primera_infancia_importa_para_cada_nino_UNICEF.pdf
5.- Ramírez, P. (2014). La educación temprana para niños y niñas desde nacimiento a los 3 años: Tres perspectivas de análisis, Revista electrónica educare, 18(3). Obtenido de http://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1409-42582014000300005