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Desde hace mucho años la mirada y preocupación en los centros escolares siempre han estado hacia los alumnos, niños o adolescentes, se procura su bienestar y siempre se hacen las adecuaciones suficientes para que estos puedan desarrollarse educativa, personal y socialmente dentro de la escuela. Sin embargo, en paralelo a estas situaciones encontramos que un plantel educativo está conformado por otras personas quienes ocupan diversos puestos en el centro escolar y es a estos quienes menos en cuenta se les toma y quienes reciben grandes exigencias, es por eso, que en esta ocasión, quiero plantear la importancia de los profesores dentro del aula escolar.

Frente a un grupo, encontramos a un profesor, quien se espera cuente con las herramientas necesarias para poder enseñar a los niños o adolescentes. Sin embargo, se deja hasta ese nivel, se sabe que ellos son los encargados y quienes son responsables de lo que se presenta en el aula; pero a medida que se realizan investigaciones y se adentra en el contexto escolar encontramos una serie de repercusiones negativas en la salud mental de los profesores al momento de enfrentarse a situaciones que eventualmente se les presentan en la vida cotidiana dentro del aula. En este sentido, las y los educadores al hacer frente a situaciones poco regulares, entran en un proceso de readaptación que la mayor parte de las veces concluyen en un mal reajuste, favoreciendo con ello el agotamiento emocional, la despersonalización, falta de realización personal, estrés, etc.

La labor docente se concebía de antaño como solo una función de enseñanza, sin embargo, ésta ha cambiado hoy en día. No es sorprendente que las funciones que el profesorado realiza dentro del aula regular transcienden el tiempo y el espacio personal y profesional. En este sentido tampoco es raro que los docentes se enfrentan eventualmente a situaciones dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje que muchas de las veces no pueden sostener y para los cuales tampoco el Sistema Educativo los prepara.

La situación laboral común coloca al docente frente a una realidad de exceso de responsabilidades y funciones extraordinarias, que les provocan diversos malestares puesto que se deteriora la estabilidad del personal dentro del aula escolar regular. Lo anterior, tomando en cuenta que esta situación es recurrente como parte de las nuevas adecuaciones y exigencias escolares y políticas.

En correspondencia con lo anterior tenemos que, el docente dentro del aula regular en cualquier nivel educativo se ha juzgado en función de su desempeño profesional reflejado en rendimiento de sus alumnos. Dentro de las opiniones más recurrentes es el hecho de que ellos tienen la tarea de velar por todo lo que acontezca en el aula, adquiriendo la responsabilidad de que los alumnos alcancen nuevas habilidades, destrezas, conocimiento, etc., sin que los padres de familia contribuyan a seguir desarrollando las habilidades de los infantes desde el hogar.

Esta responsabilidad que empuja al docente a tomar un rol de múltiples exigencias en el contexto del aula, puede poner en riesgo su salid física, mental, emocional, económica, familiar, etc., es decir, que el docente se ve confrontado a cumplir roles de enseñanza y de educación hablando más en el contexto moral y social; de ahí que se pueda señalar que estos factores por demás complejos provocan un Malestar docente que permea la vida del profesorado en todas sus dimensiones. Cabe destacar que este tipo de malestar ha sido asociado a elementos que inciden directamente en los profesores y los que actúan de manera indirecta. Lo anterior, puede ocasionar una serie de experiencias que repercuten en el profesorado provocando un deterioro en su vida personal, profesional y social.

Entre las problemáticas a las que pueden enfrentarse los profesores, por lo anterior comentado, están la sensación de ser incomprendidos, sentimiento que puede compartirse con los colegas y se repite con la familia ya que no es posible sostener a la vez la vida profesional y la vida familia, al no encontrarse la misma sintonía que los demás, inlcuso puede haber indiferencia y esa sensación de sentirse solos ante las dificultades.

Destacando lo que el profesor ¨debe¨ hacer o lo que el profesor ¨debe¨ ser aparece una preocupación por cuidar su imagen aunque no se le prepare adecuadamente para la práctica de la enseñanza, aparece un esfuerzo psíquico al que están sometidos los docentes como consecuencia del clima imperante en los centros de enseñanza. La imagen del profesor tiene su fundamento en la realidad; pues la idealización y el enfrentamiento con el conflicto serian dos momentos sucesivos en la representación que los profesores hacen de su identidad profesional.

Por otro lado, se encuentran también las quejas de aquellas insatisfacciones por parte de la institución o los padres, lo cual recae en el docente y de nuevo esta sensación de tener "demasiadas responsabilidades que asumir y ser incapaz de hacerlo", es decir, estar a la altura de su tarea, cuidar de no perder prestigio y siempre responder ante los demás a pesar de no poder contra restar las dificultades. Entonces se comienza a exteriorizar su poca capacidad para manejar las situaciones. Esto conlleva a la par a una respuesta inespecífica que da el cuerpo a cualquier demanda que se le haga, lo que conocemos como estrés.

Ahora bien, abordando la sobre carga de responsabilidades, se encuentra principalmente asumir roles para lo que no están preparados los docentes o asumir roles que no les corresponden como profesionales, tal como cumplir con actividades que no corresponden a la planeación o al rol docente, representando más responsabilidad y carga de trabajo, la intervención educativa debido a que los profesores comienzan a cumplir funciones de enseñanza y educación familiar que no le corresponden de acuerdo a su rol pero que se ve en la necesidad de implementar por lo que pueden invadir los preceptos educativos de la familia.

Otra situación ante la cual se ven comprometidos los profesores es la tolerancia, ya que en diversas ocasiones se topan con situaciones que los rebasan, tal que hay alumnos que suelen ser groseros o en ocasiones retadores, lo que los lleva a responder de forma inadecuada, hay riesgo entonces de entrada en el ciclo agresión retorsión, con escalada de una violencia recíproca. Los docentes se quejan de no ser obedecidos, los alumnos de no ser respetados, colocándose unos y otros como víctimas.

Otro aspecto importante es el contar con recursos limitados por parte de la institución para cumplir con sus tareas, tal como la falta de material didáctico necesario, carencia de recursos para adquirirlos, también las exigencias de una renovación metodológica, sin dotar al mismo tiempo a los profesores de los recursos necesarios para llevarlo a cabo. No se les prepara, no se les da capacitación, en estos factores también intervienen los problemas de conservación de los edificios, penuria de inmobiliario, insuficiencia de locales adecuados, etc. Los problemas de horario, de normas internas, exigencias de prescripciones marcadas por la institución o la inspección, reservar una parte de su tiempo para reuniones, evaluaciones, visitas de padres y otras actividades. Estos ejemplos son los más encontrados en las aulas regulares, no están a simple vista y derivado de ello no lo notamos y tampoco lo tenemos presente. Estas situaciones, generan deficiencias en la labor docente y, la mayoría del tiempo es juzgado o tomado como que es un mal maestro o no sabe lo que hace, cuando en realidad muy pocas veces nos ponemos pensar en que es lo que está ocurriendo al interior del colegio y al interior del aula, podemos entender ahora que aparecen tantas cosas no solo a nivel personal sino también profesional y si en su momento no se atiende o se logran mejorar, las consecuencias a largo plazo pueden ser significativas y afectar, finalmente, a los alumnos y su educucación académica.

Por lo que te invitamos a ser más empáticos con los docentes de tus hijos, sobre todo en estos momentos en los que estamos viviendo y donde ellos son los primeros que regresan a las aulas, después de mas de año y medio trabajando desde casa, en donde al igual que todos, problamente han perdido a algún familiar o amigo, a quienes también les preocupa su salud, la salud de tus hijos, quienes no sabemos si realmente cuentan con todos los recursos para el regreso a clases en esta nueva normalidad y, sin embago, deben estar ahí para recibir a niños y jóvenes y ayudarlos a adaptarse y reintegrarse a esta nueva normalidad.