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Ambas emociones que vives son producto de lo que has decidido y ambas tienen razones de peso para ser elegidas. Y es allí donde radica el reto en las personas que nos encontramos doble vinculadas: “reconocer que hay algo dentro de mí que me impide disfrutar la situación o a la persona elegida”. Esto jamás exime de responsabilidad a la persona con la que convivas. Sin embargo, tenemos que diferenciar entre la responsabilidad de las personas que mandan dobles mensajes y las personas que viven doble vinculadas. Las últimas padecen confusión y malestar… las que envían dobles mensajes tal vez ni cuenta se dan que lo hacen… o al mandar doble mensaje lo hacen con toda la intensión de sacar el mayor beneficio posible a la situación.

Regularmente, las personas que te estiman y escuchan, te dirán: “decide y ya…” “disfrútalo”, “qué más da…” y la más frecuente “supéralo”. Independiente a todos los consejos, la situación que vives solo genera mayor confusión en ti y emocionalmente pasas de un estado de ánimo positivo a otro extremo negativo que, lamentablemente, dura más y es en el que te consume lentamente. La conclusión al final del día es que elijas lo que elijas te quedas enojada o triste contigo misma por haber elegido esa opción. Y mientras tanto, tus pensamientos se encuentran lejos del aquí y ahora y te torturan con la posibilidad de lo que hubiese pasado si eligieras la segunda opción.

El doble vínculo es un virus mental complejo que ha ido creciendo dentro de tí y que al paso de los años se ha establecido como toda una red, en la que se encuentran relacionadas emociones y pensamientos. Dentro de los cuales predominan la violación a expectativas, reglas, normas o valores y tomó fuerza porque se ha ido alimentando de sueños, momentos especiales y sobre todo se encuentran frente a una persona que en mi ilusión cubre mis necesidades afectivas. Por ello, es importante separar en los componentes de este virus mental.

Los pensamientos pasados. Uno de los retos para mitigar el doble vínculo es identificar las expectativas que fueron realizadas hace muchos años. Por ejemplo, las creencias sobre el matrimonio, pareja o noviazgo que se ubican fuera del aquí y ahora… son pensamientos que están lejos del presente, pueden ser sueños que llegaron al tiempo de cumplirse y que nunca se consumaron en el presente. Y de los cuales, el único responsable soy YO. ¡¡Ah!! ¿Por qué la responsabilidad la tengo YO?. Bueno, mi responsabilidad radica en que fui YO quien formulo esas expectativas y sueños que involucraban a otra persona.

Punto número 1. Cuando yo quiero que otra persona actúe, como yo lo he pensado o como yo lo quiero, estoy ignorando la posibilidad de que su cerebro, corazón, pulmones y pies se dirijan hacer otra cosa que les plazca… porque ¡sorpresa!… sino te has dado cuenta esa persona tienen derecho a hacerlo. Por el simple hecho de que es una persona independiente a mí voluntad.

Esta disonancia cognitiva de estar entre tus expectativas pasadas y alejado de la vida presente, te mantiene dividido y esto alimenta la confusión. Lo primero que tengo que diferenciar es cuales son mis expectativas hacia la otra persona y cómo actúa en este momento.

Identifica aquellas normas que: YO he puesto en el tema de relación de pareja. Y aquellas necesidades afectivas que YO caprichosamente quiero que alguien las cubra… (¿por qué caprichosamente? porque esas necesidades solo yo las puedo llenar).

Aclaremos también que el doble vínculo se refleja en una situación externa, como que alguien hace que yo me sienta mal o que las situación en el trabajo genera que yo padezca X o Y emociones. Pero, requerimos aceptar que el mayor reto está dentro de nosotros. Dentro de mí se encuentra por un lado una carga positiva que te hace aferrarte a una situación y también se encuentra una carga negativa que se vincula a la misma situación. Para hacer más ilustrativo cómo el doble vínculo crece en ti, te daremos unos ejemplos:

Entre el amor y el odio a la escuela

El día martes, después de la reunión escolar, donde se han expuestos muchas de las inconsistencias que hay en tu desempeño académico, tus padres te dicen:

--- Mamá: “haz tu tarea”,
--- Papá: “es tu único trabajo”, “es a lo que te tienes que dedicar en el día…”

Dos días después tus padres comentan:

--- Mamá:” Tu hijo no hace nada se la pasa ahí solo disque haciendo tarea”.
--- Papá: “Has algo productivo, ayuda a tu madre”.

El mensaje es contradictorio por un lado le dicen al hijo que su único trabajo (generalidad) y después que haga algo productivo. ¿El hacer tarea pasa a segundo término?. Ni siquiera tratemos de darle la razón a alguien, el doble mensaje se ha enviado. Ambos actores padres e hijo tienen sus razones para actuar o decir y lo han hecho. Sin embargo, la dificultad está en el doble mensaje, que si el joven estudiante los une, se creará confusión. En el joven a nivel de información se genera el siguiente mensaje: haces mal si lo dejas de hacer pero también haces mal si lo haces.

El joven tiene la suficiente inteligencia para jerarquizar u organizar la información y decidir hacer ambas cosas la tarea y ayudar en casa…. Sin embargo, ese nunca ha sido el mensaje que le dieron. El mensaje es: haces mal si lo dejas de hacer pero también haces mal si lo haces.

Sigamos con esta familia que hemos descrito: En casa, durante la comida, alguno de los padres llega a declarar que no irán a la fiesta porque se encontrarán allí con el vecino que les cae mal. Sin embargo, momentos más tarde apresuran al hijo para ir a la fiesta. Y sumado a esto, durante la fiesta, el niño observa que el papá (quién había hecho la declaración), se encuentra muy divertido platicando el vecino. Aquí hay dos mensajes dobles “decidí evitar ir a la fiesta y terminé yendo. Evito a los que me caen mal y me divierto con ellos".

Un tercer ejemplo de la misma familia: Al llegar a la fiesta la mamá le dice al joven al oído: “Quédate quieto y nada de jugar con Juanito“. De repente se acerca su amiga, que tiene que contarle una serie de intimidades y por ello evita que su hijo oiga. Por lo que… le sonríe a su hijo frente a los invitados y dice en voz alta: ¡Ve y juega con Juanito!… anda… diviértete, estas en una fiesta…. “ --- ¿¿¿¿Qué????

Tal vez te rías de estos ejemplos, pero déjame decirte que los dobles mensajes son tan frecuentes y se encuentran en todas las situaciones de vida. Por lo que fácilmente generan confusión en las personas. Muchas veces son muy sutiles y otros extremos, lo seguro es que son constantes. Esa constante exposición a los dobles mensajes, hacen que se divida entre lo que deseas hacer y lo que debes hacer y al final el resultado es engendrar dentro de ti un doble vínculo: hacia tus padres, hacia las personas que te rodean, hacia tus hijos.

Enfaticemos “todos los dobles menajes se suman” y al paso del tiempo se genera el estado de confusión. Al instaurarse la confusión, el joven, puede inconscientemente reproducir ese estilo de relación. Y se arraigaran emociones negativas por hacer cosas o dejarlas de hacer, por disfrutar con los amigos aunque los quieres evitar, por dejar de asistir o asistir, etc.

Cuando tú eres el que envía el mensaje doble a otra persona; tu interlocutor se sentirá confundido debido al constante cambio y elija lo que elija quedará mal. Qué puede pensar el hijo (bueno el joven es libre de elegir pensar lo que quiera en esta situación) pero en cuestiones de comunicación estos padres envían dobles mensajes y de seguir mandando dobles mensajes, la confusión del joven será mayor. Las personas que envían dobles mensajes generan amor y odio, satisfacción y frustración, seguridad y rencor, entre otras. Es por ello que las personas se doble vinculan a las personas más importantes de su vida.

Los quieren tener cerca y alejarlos al mismo tiempo.
Le piden ayuda y los desprecian al instante.
Aceptan una invitación a comer y luego despotrican sobre lo que les dieron.
Buscan un abrazo y al instante dicen que les sofocas.
En otras palabras:
Una parte de ti ama – otra odia,
Una parte disfruta la sexualidad – otra juzga con severa moralidad.
Una parte pide compañía o compromiso y otra exige libertad de acción o indiferencia.
Recuerda, la característica primordial del doble vínculo es que en cualquiera de las situaciones o resultados te sientes mal o insatisfecho.

También recordemos que el doble vínculo es inconsciente y por ello si tú abogas a la razón para aclarar la situación, esta jamás te saca de esa doble emoción que experimentas. Ya que a cada situación (amar u odiar) se le encuentran más de 5 razones para actuar o decidir, sin embargo, la diferencia con otras personas, es que haciéndolo o no haciéndolo te sientes mal, incómodo, culpable, enojado o miserable.

Ubiquémonos en otro ángulo de análisis en estos ejemplos. Ahora plantearemos que una mañana posterior a la fiesta, la mamá del joven estudiante le pregunta a su esposo: ¿Aún me amas? él titubea o responde que SI. Pero sus acciones son de indiferencia y desatención o descortesía. Sin embargo ella, pasa por alto ello y en un esfuerzo le dice: “hagamos algo diferente en la noche” ¡Vamos a bailar! y él responde: ¿Tiene que ser hoy?...

El doble mensaje tiene la característica de que mantiene una señal de felicidad o esperanza y por otro, las acciones que generan dolor. El doble mensaje engaña, lastima y por otro lado manda una señal de esperanza o ternura… es por ello que solo genera confusión.

Lo más seguro que en una relación de pareja y en una familia todos están inmiscuidos en estas situaciones del doble vínculo. Recuerda que el doble vínculo es una característica personal, es una forma de percibir e interpretar el mundo. Y aquellos que se unen a alguien que manda doble mensajes, es porque también perciben el mundo de la misma forma. En este caso el señor y la señora se relacionan con dobles vínculos.

Empecemos a tomar cartas en el asunto: ¿Cómo identificar si estoy doble vinculado?

Primero: Te sientes confundido… cuando te encuentra confundido y no sabes que hacer porque te dices por un lado que la amas y por otro que la odias.

Segundo: Identifica que tan frecuente te relacionas con otras personas o situaciones con un doble vínculo. Si te sucede en tus relaciones de pareja, si te sucede con el trabajo o con los integrantes de tu familia… ya son tres ámbitos diferentes donde se puede apreciar que nos encontramos entre el amor y el odio o doble vinculados.

Tercero: ¡Cuidado! “la persona que amas jamás tiene que ser como un control remoto” empecemos aceptando que SI hay diferentes formas de amar y de demostrarlo, pero en las relaciones de pareja las demostraciones de respeto, atención, solidaridad, comprensión, respaldo tienen igual valor que las del amor… el amor jamás se separa del respeto, confianza y comunicación.

Recuerda el doble vínculo genera confusión y te mantiene entre dos emociones en la misma situación (trabajo) o ante una persona (pareja). Ejemplo: Aceptas cenar en casa de tu familia política. Y te sientes mal por aceptar y en caso de no ir en tu cabeza rondan ideas sobre tenía que ir ¿qué me impedía ir?, él va a pensar que ha dejado de importarme.

El doble vínculo es producto de interpretar la realidad, por un momento te sientes bien y por otro te sientes mal en la misma situación. Acepta que estas doble vinculado y que necesitas ayuda profesional.

Ya en sesiones terapéuticas identificaras qué necesidades afectivas requieres cubrir en tu vida. Por ejemplo: Antes me brindaba (pasado) y ahora me brinda (presente). Por el momento puedes identificar cuáles son las necesidades que tú y solo tú puedes cubrir.

¿Qué necesito hacer para sentir más seguridad?
¿Qué necesito hacer para vivir un amor satisfactorio?
¿Que necesito hacer para reconocer mi valía y demostrarla a los demás?

Recuerda que lo que dejes de hacer por ti, nadie lo hará por ti. Lo que si puedes hacer es compartir un buen masaje con tu pareja o ir juntos al cine, compartir los buenos momentos y los momentos en que se requiere un abrazo mutuo.

En caso de que tú recibas un doble mensaje: Vacúnate ante estas personas identificando el contexto en el que se envía, la situación que está viviendo o por la que está pasando.

Me quiere cuando…
¿cuándo deja de quererme?
(situación + tiempo)

Si está en…. o con … (situaciones) me trata bien. Y por el contrario, si está a solas o con… se muestra indiferente.

Si yo hago… me quiere… SI, me quiere, solo sí… (condición)

Ejemplo. Me trata bien el día que cobra y mal al final de la quincena. Frente a sus padres, frente a sus amigos, en casa, cuando está tomado.

Ponte en cuarentena: pon distancia (física o simbólica) con las personas que envían dobles mensajes recuerda, ellos perciben el mundo así, tienen confusión y muchas necesidades afectivas que solo ellos requieren cubrir, por lo que solo generaran dolor y desamor. Lo más seguro es que ahora perciban que tú ya dejaste de cubrir esas necesidades afectivas y por ello dejaste de ser el centro de atención.

En situaciones en las que te dicen cosas positivas y con sus acciones, te demuestran cosas negativas, lo más saludable para ti, es que consideres las acciones, más que las palabras. Las acciones son producto de la coordinación de sus pensamientos con sus sentimientos y son más difíciles de ocultar o modificar. Eso te dará la fuerza para poder poner distancia y así poder sanar las heridas emocionales o físicas que tienes.

Confía en que elegiste la mejor opción.

Busca ayuda profesional. Recuerda que el doble vínculo está en el terreno a nivel inconsciente, ha pasado mucho tiempo en que has estado en un doble vínculo sin darte cuenta, por lo que requieres que un especialista te apoye en superar este estado emocional.

Después de esto jamás podré decir… tu … tu … tu
Lo que sí puedo hacer es decidir… yo me quiero,
Me respeto, me cuido y evito a las personas que generan dolor y confusión en mi vida.
Estar junto a alguien que me hace sentir dolor.
Es como querer tocar brasas mintiéndome que no me van a quemar.
Por ello… puedo decirte Adiós…
¡Lo puedo decir porque en estos momentos nos estamos haciendo daño!