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El Príncipe que Caminaba Dormido

Érase una vez un príncipe que caminaba dormido. Joven, apuesto, digno representante de la corona. Sin embargo, la gente le hablaba y él se mostraba ausente a lo que sucedía, solo portaba ilustremente la vestimentas reales. Al extremo callado, cuando hablaba era para solicitar comida o vino. Ninguna otra gracia, solo presencia. Así pasaban los meses y lo años; y todo parecía igual, el joven príncipe hacia presencia en los eventos más importantes. Asistía a las reuniones donde tomaba las decisiones determinantes para el futuro del reino. Pero el príncipe estaba presente y ausente al mismo tiempo. Podríamos preguntarnos: ¿Qué hace que un príncipe, a punto de heredar la corona del rey, sea indiferente a la vida que acontece en su reino?

Bueno toda historia tiene un inicio y esta empieza hace muchos años. Todas las mañanas, nuestro príncipe corría al lecho real, subía a la torre o corría por los paSillos. Brincaba y gritaba el nombre de sus padres. Estas acciones ponían a toda la corte de cabeza, ya que los reyes se encontraban frecuentemente agotados por los desvelos en las reuniones de la corte. Una mañana el rey expresaba fuertemente:

Rey: ----Ahora sé porque a Raspunsel la pusieron en una torre… alejada del lecho real y custodiada por dragones. Necesitamos un dragón que tenga alejado a este niño de nosotros.---

En un inicio, el rey llevaba al príncipe a todos sus compromisos reales y el joven escuchaba las pláticas de las batallas que tenían los reinos, escuchaba de los asaltos en el bosque, de los arqueros y los caballeros, escuchaba los detalles de la justas de caballeros. Esas pláticas alentaban la actividad del príncipe. Saliendo de ellas, batía su pequeña espada de madera y atacaba a los guardias. En otras ocasiones se subía a las espaldas de los Sacerdotes y gritaba:

Príncipe ---“¡Arre Caballo!”, “Venceremos a todos los enemigos de la corona”.

Los caballeros acallaban al joven príncipe explicando que los invitados del rey eran de reinos vecinos y venían a firmar tratados de paz. Que estaría mal, si el príncipe hablaba de vencer a enemigos… ellos (los invitados del rey) podrían tomarlo como ofensa.

Con la reina tampoco encajaba el príncipe, ella concentrada en las actividades reales. Cuando se encontraba con las duquesas y emperatrices, poco podía cargar al príncipe. Él jugaba con sus pelucas y desacomodaba las mesas de reunión de la corte. El príncipe gustaba de rodar y esconderse entre las faltadas de las invitadas. Ellas por su parte hacían comentarios sobre la edad y el comportamiento del joven delfín.

Una noche los reyes platicaron antes de dormir.

Rey: ---“Todo es real”, ¡Todo es solemne!, todo requiere que yo esté atento y tú, mi reina, no te puedes distraer de tus ocupaciones. Y él no entiende, se ríe, quiere que le escuchen, busca donde saltar, donde gritar, donde jugar.

Definitivamente, no entiende lo que es ser real. Pertenecer a la realeza, él tiene que aprender, que centrarse en los libros, comer adecuadamente, guardar silencio si la realeza habla. Él no entiende.

Al otro día, se reunieron con el gran mago del reino. “Tiene que hacer algo” expresaron al mismo tiempo los reyes. Y el gran Mago dijo tener la solución a los problemas de los reyes reales.

La solución era que cada mañana el príncipe tomara el jugo, que el mago le daría personalmente. Esto no tendría ninguna afectación al joven príncipe, --- decía el mago ---- solo lo haría que se comportara acorde a las necesidades de la nobleza. Pasado unos días, los reyes estaban felices porque el príncipe, ya era ejemplar, no interrumpe, se queda

quieto, ni siquiera tiene ganas de jugar, ya que una vez que tomaba el jugo. Lo ponían frente a un “libro mágico interactivo” y lo hacían todo es un príncipe real.

Recordemos que este es solo es el inicio de la historia… consideremos los principales datos: que pasados los años, el príncipe es casi heredero de la corona, se muestra ensimismado con su libro mágico, se presenta en los eventos callado y que su mirada es indiferente a las personas que le rodean… Por ello, ahora el pueblo lo conoce como el príncipe que camina dormido.

¿Cómo se desarrolla la fuerza, el interés, la resistencia, la perseverancia, el involucramiento, la disciplina, la motivación, la autogestión?

¿Cómo se prepara a un hijo para la vida de adulto? A caso será la mejor opción dormirlo por un par de años.

Los jóvenes reales juegan, saltan, patean, buscan, exploran, descubren. La estimulación en cada interacción genera fuerza. En esas interacciones tendrán que desarrollar perseverancia, constancia, disciplina… entre otras facultades que se desarrollan despierto… atento, “conectado” con todo lo que hace.